viernes, 16 de agosto de 2013

Capítulo siete

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Rayuela - Julio Cortázar.

sábado, 4 de mayo de 2013

Una noche en cualquier lugar

Me esperabas bajo la lluvia sobre Av. Corrientes como cada viernes y mientras tu teléfono no paraba de sonar en el bolsillo izquierdo de tu camisa de jean oscuro tarareabas una canción de musical y jugabas con tu pelo, chapoteabas en los charcos y le gritabas a los autos al pasar. No encuentro remedio para mi impuntualidad, Clarita, pero vos siempre igual, distraída, pensabas en el próximo lugar que podíamos visitar y en la pizza de El Cuartito, el cementerio de la Recoleta, terminar mareados en algún bar sin saber cómo volver a casa con las pocas monedas que nos quedan y ahí mejor fumar y caminar, si total no llueve más. Qué fácil es quererte, Clara, como a cada rincón de esta ciudad y sus callecitas sin luz que nos hacen apretar el paso y reír juntos y despeinarnos bajo los carteles de los teatros. 

viernes, 3 de mayo de 2013

Un día en cualquier lugar

Siempre me gustaron los paseos por la Capital; visitar un museo, sentarme en una plaza a veces con mate, a veces a fumar, recorrer el barrio de Once o San Telmo y sus callecitas llenas de tango, parar en algún bar a terminar los crucigramas o un libro sin empezar. En algún punto es reconfortante ese no sé qué de la ciudad. Las caminatas sin rumbo me ayudan a pensar y me animan a volcar las conclusiones en el papel. Quizás sea un poco la soledad o el sentimiento de y no la soledad en sí misma porque, aunque uno se sienta solo en algunos momentos, casi nunca lo está y sin embargo uno se siente como se siente aunque no quiera y no lo puede controlar. Es un buen ejercicio la soledad, también te ayuda a pensar. Desconfío de la plenitud personal de aquellos que nunca estuvieron o se sintieron solos y de los que siempre tuvieron a quien amar sin extrañar ¿O acaso es posible saber sobre lo más profundo de sí mismo en plena agitación y caos del día y el amor y lo demás? Será que después de tanto extrañar ya no es fácil imaginarse la vida sin esa angustia que te carcome las noches y los pensamientos y los paseos por la Capital. Es un buen ejercicio extrañar; un poco te hace reaccionar. Por eso será que no entiendo cuando alguien me cuenta de la tristeza que le provoca la ciudad o la melancolía y las ganas de volver si un sinfín de posibilidades en nuestras manos debería ser suficiente para subirse a un colectivo y pedirle un boleto hasta el final de la línea y sentarse junto a una ventanilla si se puede, mirar a la gente pasar, sonreír con cada canción, jugar con las historias de un pasajero y sonreír otra vez, pensar, acordarme de vos y creer que no todo está tan mal, que estuvo peor y bueno, sonreír sin mas, mejor. Qué lindos los paseos por la Capital.

Tango de vuelta

"... todo se hizo futuro, algo como las páginas que le faltaban en esa novela abandonada boca abajo en un sofá, algo ya escrito y que ni siquiera era necesario leer porque ya estaba cumplido antes de la lectura, ya había ocurrido antes de que ocurriera en la lectura [...] ... solamente estar ahí viéndolo, sabiendo que la novela tirada en el sofá estaba escrita hasta la palabra fin, que no podía alterar nada, la leyera o no, aunque la quemara o la hundiera en el fondo de la biblioteca..."
Queremos tanto a Glenda, Julio Cortázar.

sábado, 27 de abril de 2013

Sobre una lucha sin fin

Amanecía calurosa la ciudad entre torres espejadas y un cielo sin luz cuando los primeros murmullos de jóvenes con sueños de revolución empezaban a surgir entre las casitas improvisadas que, aunque por un rato, fueron como su hogar. Hierve el agua para el mate, viene y va, arranca a pensar, “Che, Juan, ayudame a desarmar acá”. Hizo frío la noche anterior pero ya nadie usa campera, los pañuelos incomodan y las cosas empiezan a amontonarse para poder avanzar. Asoma el mediodía y una multitud se torna ineludible, se acerca. Con el sol que pega en la espalda y mil noches a cuestas, vienen a luchar. El cemento viste de rojo y se parece al infierno; casi en llamas, se alza entre nosotros flameando ideales de igualdad. “Pasa a contarme de la hazaña, la de su cara en el cartel, pues le envanece las entrañas no haber consentido al poder”. Una música implacable, casi de rito, te invita a cantar y a pesar de la inquietud no hizo falta un capitán porque, poco a poco, todo empezó a ponerse en su lugar. Mira al cielo y no ve las estrellas aunque sabe que siempre están; bajo sus pies todavía arde el infierno, toma agua, viene y va. Los tambores suenan incesantes, no dan tregua porque algo va a empezar; equivocados están los que creen que se trata de un final. Ahí adentro, en la caja de maldad, los que dictan y limitan se hacen esperar pero hoy su lucha es la nuestra y ningún infierno nos va a quemar. 

19 de abril de 2013
Mariano está presente.

martes, 16 de abril de 2013

Bolero

Qué vanidad imaginar 
que puedo darte todo, el amor y la dicha, 
itinerarios, música, juguetes. 
Es cierto que es así: 
todo lo mío te lo doy, es cierto, 
pero todo lo mio no te basta 
como a mí no me basta que me des 
todo lo tuyo. 

Por eso no seremos nunca 
la pareja perfecta, la tarjeta postal
si no somos capaces de aceptar 
que sólo en la aritmética 
el dos nace del uno más uno. 

Por ahí un papelito 
que solamente dice: 

Siempre fuiste mi espejo, 
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Julio Cortázar.

martes, 9 de abril de 2013

A los hombres futuros

1

Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.

¡Qué tiempos estos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle,
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?


[...]

Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia,
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.


[...]

3

Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.


Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.

Bertolt Brecht.

sábado, 2 de marzo de 2013

Nada de lo humano nos es ajeno.

[...] La construcción pendiente de un modelo socialista con democracia implica el respeto a las diferencias y a las minorías. Generar climas de debate e intercambio cultiva los espíritus críticos, independientes, sociedades creativas y atmósferas y culturas que colocan al hombre -en consonancia ecológica y racional con la naturaleza- en el centro del desafío de la construcción de sociedades que recojan los anhelos de igualdad, libertad, fraternidad, solidaridad, pendientes en la humanidad desde que fueron formulados expresamente en la Revolución Francesa. El clima de debate exige argumentos; los ambientes basados en la disciplina, en cambio, sólo órdenes y consignas. Los partidos y sistemas "monocolor" -la demostración es empírica- están destinados sin más al ahogo de "lo humano", aunque se lo haga en nombre del bien social. La "ideología" -convertida en eso- es alienante, deriva en mediocridad y se nutre de ella; 
en esa cultura es imposible que florezca la creatividad [...]
Prólogo, Ricardo de Titto. El pensamiento del socialismo y la izquierda. 

Las cosas de mi vida.

Me gusta el invierno y la lluvia, el fútbol, los esmaltes y tomar mate. Amargo, por supuesto. 
Soy ansiosa, no hago filas y no te pienso esperar. 
Me gusta la puntualidad; soy puntual. 
No me hagas esperar. 
No veo mucho cine pero me gusta la música, en especial el rocanrol. 
Leo un poco, menos de lo que quisiera, aunque mucho más que otros. 
También dibujo cuando me acuerdo y escribo; acá estoy, tengo un blog. 
Me cuesta vivir sin el celular y a veces no puedo parar de pensar. 
Lloro mucho, casi todos los días, creo. 
Cuando algo me da risa, me cuesta parar. 
Cuando alguien me gusta, me cuesta pensar. 
Intento ser ordenada aunque suele desbordarme el descontrol y la ropa tirada. 
Si mi escritorio no está limpio, no me sale escribir. 
Duermo poco y me acuesto tarde, no tomo mucho café, prefiero el té. 
Me gusta viajar en colectivo y detesto el subte, quiero llorar. 
El calor me hace mal y tengo la presión baja. 
Me gusta dormir y, obviamente, comer; salado, por favor. 
También me gusta el alcohol, en especial el fernet, y a veces fumo. Casi nunca. 
Amo a Cortázar y escucho cuarteto. 
Soy de River desde que nací, porteña de Almagro, del conurbano también. 
Me rompieron el corazón fuerte y, aun así, confío en la gente. 
Confío en que las cosas de este mundo se pueden cambiar; hay que ser menos egoísta y hacer más.
Quiero hacer más. 
Estudio Abogacía y casi dejo la carrera más de una vez. 
Hago deporte, no soy flaca pero sí muy inquieta, me gusta correr. 
Antes salía, ahora no tanto, casi nunca. Prefiero coger. 
No me gustan las fotos, ni que me digan lo que tengo que hacer. 
Me gusta chapar. Qué linda la palabra 'chapar'. 
Siempre quiero helado. 
Busco palabras en el diccionario todos los días y no intento disimular lo mucho que me gustás. 
Vengo a contar de mí porque otra cosa no se me ocurre y no puedo dormir. 
No me sale dormir y tampoco ser feliz pero siempre puedo escribir así que acá estoy.
Tengo un blog y voy a escribir. 
Prendo el aire y veo la lluvia caer, las palmeras se ponen lindas también. 
Pongo música o me voy a dormir.

lunes, 25 de febrero de 2013

Me quedo hasta que pase el temporal

Amagaba la lluvia desde temprano pero recién ahora empezaba caer. El equipo perdía y no pintaba bien; le dije a mi amiga que se conformara con el uno iguales, quizás acostumbrada a tantos domingos sin sol. Sin embargo, la luna lo vio venir y se acomodó tranquila sobre la San Martín, como plateísta exigente que es, porque ella tampoco se lo quería perder. Brillaba como si fuera el sol, aunque mucho más hermosa; mucho menos pretenciosa. La luna avisó y la lluvia que no fue le cedió el lugar a un grito de gol que se perdió en la inmensidad. El fervor popular se hizo eco en cada rincón de esa casona de barrio pintada de rojo y blanco, y ante la mirada extasiada de miles de creyentes, casi sin darnos cuenta, llegó el desahogo de sabernos vencedores aun en contra de las agujas del reloj. Nadie hubiera imaginado jamás un desenlace tal pero aquella luna, tan sabia y tan majestuosa, se anunció ante todos venciendo al temporal.

martes, 19 de febrero de 2013

Una sonrisa exactamente así

Hasta ahora sonreíste siete veces. Por supuesto que las tengo contadas. Hace un rato increíblemente largo que vengo mareándote con mis palabras, por estrategia o por desesperación, y verte sonreír es –me parece- la única huella que puede llegar a indicarme si voy bien o si estoy perdido.
Eduardo Sacheri.

martes, 12 de febrero de 2013

Sala de espera

Me convencí de esperarte porque, supuse, no tardarías en llegar. La puntualidad nunca fue tu mayor virtud pero sabías que me molesta esperar y tratabas de mejorar; además, no te gusta confrontar. Creí que la pelea de anoche no había tenido importancia pero, cuando noté cuánto tardabas esta vez, me di cuenta que aún estarías enojado y que me lo ibas a hacer pagar. A fin de cuentas, no entiendo por qué tanto escándalo siempre, con todo. Yo te digo las cosas como las pienso, como me surgen. Quizás no como son pero ¿quién puede decir las cosas "como son"? No creo que exista algo semejante; los hechos, en cierto punto, son tan subjetivos como protagonistas se involucren en ellos pero a vos no te gusta confrontar y te enojás y me ignorás y a mí no me gusta esperar ni darte la razón. Vos no llegás y yo te espero acá, un ratito, no mucho más. No me gusta esperar pero vos sí, bastante más de lo que últimamente pueda recordar, entonces miro el reloj y digo 'cinco minutos más'. Te espero, un ratito, no mucho más.

jueves, 31 de enero de 2013

de la luna y los libros y los besos

a veces te reís y yo quiero decirte 'nada, sos muy lindo' cuando me preguntás por qué te miro así, que me distraigo de lo que leo. o de todo, sí, mejor de todo me distraigo. afortunadamente, porque ya no quería pensar más en lo otro; ni en aquello. quizás era hora de cambiar el naranja por el rojo y los besos casi siempre antes son sonrisas, por eso me río y te miro. bah, lo imagino, sé que me río y te digo 'nada, sos muy lindo', antes de seguir leyendo eso que vos me dijiste que lea, después de distraerme un poco con la luna y poco con tu sonrisa

viernes, 4 de enero de 2013

Timing is the answer to success

Intentaba sacarte una sonrisa aunque poca idea tenía de lo que podía pasar. Quería asombrarte, hacerte reír, cantarte una canción o salir a caminar, mirar la luna, nada más. Me asombraste vos aunque poca idea tenías de lo que podía pasar. Me dejé llevar. Quizás fuiste vos la canción, no sé, contame más, te quiero escuchar. No me hables de ella o hacelo pero cuando termines te voy a besar. No vas a entender por qué -ahora tampoco lo hacés- pero me vas a mirar y ahí sí te vas a reír. Vamos a caminar, hablame del mundo y de vos, explicame qué pasó, yo te voy a mirar. Fascinada, sin pensarlo, como para que no lo notes. No me voy a dar cuenta pero quizás me muerda un poco el labio y arrugue la nariz y me ría un poco como cuando pienso en vos mientras camino por la ciudad, cuando salgo de la oficina, cuando me voy a tomar el colectivo. Yo intentaba sacarte una sonrisa y me la sacaste vos. Te debo una, te invito una cerveza, vamos a escuchar un rock.

jueves, 3 de enero de 2013

Wednesday

Dear Sir,

I have no way of knowing this letter will reach you, as the distance between us is so very far and so very troublesome. This small piece of stationary must cross mountains and cafeterias, in the trunks of automobiles and in the waterproof pockets of long-distance swimmers, tucked into envelopes and folded into swans, in order to make its way to your small, dusty office on the thirteenth floor of one of the nine drieariest buildings in the city. All I can do is hope for the best, but hoping for the best, like hoping for a bat to obey your orders, almost always leads to dissapointment.

And even if this letter does reach you, I am not sure it will reach the right person. Perharps you are not who I think you are--there are many people, after all, with the same initials as you, just as there is at least one other person with the same initials as me. Perhaps you will also think I am someone else, and will make a suspicious note in the margin, accusing me of being some villainess or other. 

For years I kept quiet, feeling all my words twisting and tangling inside me like skeins of yarn, as I searched desperately for someone who could be of assistance. Now I must untie "My Silence Knot" and write to a man I have necer seen, even if he is not the man for whom I am looking, and even if I am looking in the wrong place for the right man, or the right place for the wrong man, or both or neither, or both both and neither.

From what I was told, I think you may be the only person who can help me. I was told you were a sort of detective--or, at least, I was told that the word "detective" is printed on the door of your office. I was told you keep to yourself and scarcely talk to anyone, and that on the rare occasions when you engage in conversation, you never discuss your past, but can be found occasionally in a library, leafin through the theatrical sections of old newspapers. Nevertheless, I am hoping you will discuss your past with me. I am hoping you will tell me a story that began many years ago, in what I was told is a sort of classroom. I am hoping you are still in your dusty office, and I am hoping that this letter reaches you. In short, I am hoping for the best.

[...]
BB to LS #1, The Beatrice Letters - Lemony Snicket.