elegiste otra vez
ese recurrente buenos aires
que te sienta un tanto bien
que vale caminar
con los auriculares puestos
y el viento en la cara
y el corazón en el bolsillo
con nuestros viejos tiempos
para dejar de pensar
un rato nada más
es una astuta ciudad
para esconder
quién sos o
qué querés hacer
pero es una imposible ciudad
para mentirte sin mas
estúpida buenos aires
de cordones amarillos
y chacaritas en tren
hasta que ya no te ves
o hasta que no te deja ser
vale caminar
un rato nada más
entre flores amarillas
y sillones de concreto
en plena diagonal
qué estúpidamente
encantadora
buenos aires
hasta que ya no te veo
me encandila tanto
que no te puedo ver
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